En grupo o en solitario, como es aquí el caso, la elegancia de Bill Evan, su capacidad de hacernos sentir a través de la creación de esas estructuras sonoras, de esas construcciones imaginativas, densa y a la vez simples, se sigue manteniendo a través de los años de escucha. Es música sin etiquetas, lejos de modas. Lo apreciamos en este estándar, Never Let Me Go, que cerraba su disco de 1970, Alone, grabado en el 21 de octubre de 1968. Era un tema propio que ocupaba la cara B del álbum con sus 14 minutos y medio de duración Música en estado puro, flotante, moviéndose libre a través de las notas. ¡Disfrútalo!
Comentarios
Publicar un comentario